jueves, 31 de mayo de 2012

Ciudadanos de un lugar llamado Mundo

No hay fronteras, no hay razas, nadie es mejor que nadie, nadie es inferior a los demás.
Somos millones de personas en el MUNDO. Altos, bajos, gordos, flacos, morenos, pelirrojos, rubios, canosos, viejos, jóvenes, empresarios, profesores, cocineros, cajeros, estudiantes, pálidos, cetrinos, oscuros, deportistas, ávidos lectores, amantes del sol y de las tormentas. Cada uno con nuestras características, todos diferentes, pero personas. Cada uno somos como una gota de agua diferente, pero juntos formamos una misma marea de gente.
Da igual: de España, Alemania, Kenia, Reino Unido, América, China, Hungría, Cuba o Túnez. Simplemente son nombres que los humanos utilizamos una vez para facilitar ciertos asuntos geográficos. Da igual el idioma que hablemos, es riqueza cultural, pero no nos hace diferentes. Todos esos sitios, estas lenguas, estas personas, pertenecen a un mismo lugar, al que llamamos Mundo.

Mimémoslo porque, a fin y al cabo, es nuestra casa.
Querámonos porque, al fin y al cabo, todos somos hermanos.




-¿De dónde eres?
-Del Mundo.



Blanca PeGarri

domingo, 20 de mayo de 2012

mirando el mar...

Está nadando en el mar y las olas chocan contra su espalda. Ella está tumbada en la arena esperando a que él vuelva para poder sentarse en sus piernas. Ve cómo las olas se mueven y el agua va y viene y, por fin, él va a por ella. Son horas muertas que pasan en la playa y ella se distrae viendo cómo el sol acaricia su espalda y cómo las gotas resbalan por sus pecosos hombros que tanto le gustan.
Y mientras tanto, piensa en cuánto le gusta ver puestas de sol junto a él, intentar divisar el rayo verde y ver que el cielo, ya rojo, empieza a teñir el mar. Entonces es cuando él suele cogerla de la mano y, sólo a veces, cantan juntos esa canción...
Se levantan y empiezan a pasear por la orilla. Ella escribe sus nombres con el pie, uno al lado del otro, él la mira y se abrazan. Si echaran un vistazo atrás verían un camino de huellas, de sus huellas. Ella le mira y sonríe: el sol está pintando sus mejillas color melocotón otra vez y eso a ella le encanta, porque le da un toque de niño travieso.
Han pasado las horas y vuelven a estar sentados en la playa. Es hora de que el sol se ponga, no encuentran nada más romántico que eso. Cuando el sol está a punto de esconderse en el horizonte se esfuerzan por ver, como siempre, el rayo verde. El mar está más precioso que nunca... Él coge su mano, le da un cariñoso apretón y empieza a tararear esa canción...











Blanca PeGarri

sábado, 12 de mayo de 2012

OPERACION SONRISA

Acompañada de Blink y Sum como música de fondo, empieza a escribir unas líneas. Un rayo de sol se cuela por un hueco de la ventana y mira, el verano parece adelantarse y se respira un Mayo cálido, un sábado de sol y calor. Apetece salir, de paseo y con un helado, ver gente de paseo y con un helado. De terracitas, coca-cola, caña, ver las gotas que se deslizan lentamente acariciando el vaso como si del un susurro se tratara.
Silencio. Se ha dado cuenta de que la música se ha callado. Play. Ta-ta-ta-ta-ta. Vuelve a sentarse y continúa escribiendo. Parece una carta. ¿Será de amor? No, tal vez sólo son apuntes aburridos, de ahí su cara de póquer. No, no, no, esperad, sí es una carta. Pero a ella misma... ¡se está escribiendo a ella misma! Pero qué chica tan rara... ¿qué escribirá? Esperad, voy a acercarme... veo... veo algo:
Querida yo:
Recuerda que cada día hay un motivo por el que levantarse, has hecho muchas cosas buenas por mucha gente, hay quien te lo ha agradecido y hay quien ni siquiera se ha dado cuenta, pero tú las has hecho. Te gusta ver sonrisas, regalarlas, repartirlas, compartirlas. El ver a alguien sonreír gracias a ti te da un motivo de vivir. Qué pena que tantas personas piensen sólo en ellas mismas. Cuánta hipocresía y egoísmo por el mundo... esto tiene que cambiar. Aporta tu granito de arena día a día: sonríe. Y aunque no te lo agradezcan, aunque estés triste, aunque te enfades, aunque te aburras... no dejes de sonreír.
De momento lo estás haciendo muy bien, querida yo, tienes mérito. Eres fuerte y persistente... y sonriente, contagias sonrisas. Sigue haciendo feliz al mundo, algún día el mundo entero te devolverá la sonrisa. Te mereces mañanas bonitas cada vez que te despiertas...
No he podido leer más, casi me pilla husmeando detrás de ella. Pero creo que ha sido suficiente. Esta chica no es rara. Esto debería ser lo normal, querer ver sonreír a todos, sonreír nosotros mismos cada día para recordarnos que cada minuto cuenta.
Le vuelve a dar al Play, parece que sin la música no se concentra... Tara tara ta, tara tara ta... I don't want this moment to ever end... Bonita canción. Yo me voy, no quiero distraerla, ahí la dejo, con su puño, su letra y su música...









Blanca PeGarri

martes, 8 de mayo de 2012

Ese tipo de personas

Por nuestras vidas pasan cientos de personas, unas más simpáticas, otras menos, algunas introvertidas y otras parlanchinas y con don de gentes... De ese montón de gente, sólo unos pocos serán los elegidos, los que harán de tu vida toda una sensación.

Hay gente que te alegra el día. Sí, ese tipo de gente que con sólo oír su voz o verle la cara te hace olvidar lo jodidamente duro que está siendo el día y te hace reír sin ninguna razón. Suelta cualquier tontería, te habla, te hace caso, lo que sea, pero no puedes evitar contestar con una carcajada o, como mínimo, con una sonrisa.
Ese tipo de personas que intentan hacerte feliz y que se alegran de ver que lo eres.
Ese tipo de gente es quien no debemos perder, los que debemos guardar con cuidado, tratarlos bien y tenerlos como si fueran un tesoro, porque son esas personas las que valen la pena, con las que merece la pena compartir instantes de nuestras vidas, trocitos de nuestra experiencia.
Y gracias a esas personas podemos estar seguros que seguir hacia delante es importante, que rendirse no es una opción y que afrontar la vida con fuerza y una sonrisa es necesario. Porque vale la pena, si es para compartirla con ellos.
Algunos aparecerán de niños, otros, más adelante... pero siempre se quedarán.
Porque quien tiene un amigo, tiene un tesoro.








Blanca PeGarri