Un día como hoy no sucede porque sí cada año, no es un día corriente. Desde hoy hasta dentro de cuatro años, no volverá a existir el 29 de febrero, simplemente desaparecerá del calendario, dejando un pequeño vacío entre el 28 de febrero y el 1 de marzo. Hoy es la causa de que el año sea veinticuatro horas más largo, veinticuatro horas más de experiencias, de vida, de sonrisas y de descubrimientos. Veinticuatro horas que, si eres listo, no hay que dejar escapar. Hoy puede ser un día especial, haz alguna locura, declárate, ríe más de lo que ríes cualquier día, corre muy muy rápido como cuando eras niño, exprésate, grita, haz eso que nunca te atreviste a hacer. Y tal vez, dentro de cuatro años recordarás que tal día como aquel hiciste una de las mayores locuras de tu vida. Tal vez sólo te apetezca hacer aquello que más te gusta y nunca tienes tiempo: leer un buen libro, visitar un museo, dormir la siesta más larga de la historia, no ir a trabajar, ver la puesta de sol, tumbarte en la playa... Hazlo, hoy es el día.
Personalmente, quiero cometer alguna locura junto a alguien en particular, tal vez bañarme desnuda en el mar, reírme como nunca jugando como una niña y después ver cómo cae la noche allí mismo en la arena, mientras me como una buena hamburguesa de esas que son pecado. Y ya que sale el tema, cometer algún pecado capital, ¿por qué no?
Soy de ese tipo de personas que aparecen para cambiar tu vida.
... quiero verme enamorada. Enamorada de la vida, de mis hijos, de mis nietos, de los nuevos inventos, de la tarta de manzana que me enseñó a hacer mi madre y que le enseñó a hacer mi abuela, de las gominolas, de los bancos del parque...
Me quiero ver viviendo una vida normal. Quiero juntarme con mi familia cada domingo y comer una paella, quiero ir al parque con mis nietos y comprarles chucherías sin el permiso de mis hijos, también ir con mis amigas y recordar batallitas de nuestra juventud. No quiero olvidar, me quiero ver con ganas de vivir, con ilusión y siempre sonriendo.
Quiero verme así.
Y si dentro de 50 años tu también quieres verte así alégrate, porque eres afortunado de vivir con ilusión.
Tan poco elegante, tan despeinado y con esa media sonrisa de cara dura como de costumbre. Así le gustaba a ella. Nada de trajes de chaqueta, nada de pelos engominados, nada de sonrisas prometedoras y mentirosas, nada de besos de Judas.
Esa noche harían el amor salvajemente. Tal vez en el parque.
Y a veces me paro a pensar: el más mínimo detalle, una mirada, un movimiento, una palabra, un pequeño acto en un momento cualquiera de tu día a día, y lo que vendrá después ya será completamente diferente de lo que podría haber sido. El futuro no está escrito, no hay destino, lo escribimos cada uno de nosotros con cada decisión que tomamos, sin saber, quizá sólo sospechar, cuál será el resultado ni qué pasará en los próximos cinco minutos.
Y a veces me paro a pensar en la teoría del caos.
el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo
