martes, 31 de mayo de 2011

she falls asleep...



Recorrí los metros que me quedaban hasta llegar al lugar donde deberíamos vernos. Me paré un par de metros antes y miré hacia allí. Sí, había ido. Me miró y entonces yo me acerqué lentamente, mirando al suelo con miedo de que aquello no saliera bien.
Pasó sus manos por mi cintura y me dio un leve apretón. Alcé la mirada buscando la suya. La encontré. Por fin. Después de tanto tiempo había conseguido encontrarme con esos ojos que me miraban por primera vez con dulzura y un deje de arrepentimiento. Había desaparecido esa mirada de desdén, odio y orgullo...por fin volvía a ver los ojos, la mirada que tanto había echado de menos.
Pero... ¿y si aquello no era real? ¿Y si sólo lo estaba soñando, una vez más? Bueno, en ese caso, no quería despertarme, para vivir feliz en mi propia mentira...tenía frío, mucho, muchísimo frío, pero no quise despertar.
Y no lo hice.




Blanca PeGarri

jueves, 26 de mayo de 2011

Futuro próximo: sangre, sudor y lágrimas

Cuánta incertidumbre. En cuestión de horas tu vida puede dar un vuelco enorme. Puedes llegar a convertirte en la mejor negocianta internacional del mundo, o fracasar viendo cómo los años van pasando por delante de tus ojos y no has podido hacer lo que querías en esta vida.
Esa es mi situación actual. Me muero de nervios.

Pero, mirémoslo desde otro punto de vista: el positivismo.
¿Qué pasa si resulta que consigues entrar en la carrera que quieres, esa que de verdad te encanta y sabes que te hará feliz? Pues básicamente eso, serás feliz.
Pero, ¿y si no entras, si no hay plazas, si no te llega la nota o si no te admiten? tampoco es para tanto. Entra en otra carrera similar, algo con lo que veas que no vas a perder el tiempo. ¿Qué es un año en la vida? NADA. Así que, al año siguiente, vuelve a intentarlo. No dejes de luchar por tu sueño, si es eso lo que de verdad quieres hacer. Si no es a la primera, será a la segunda, no pasa nada. Y si pasa, saludas.

Así que, un mensaje para todo aquellos que su futuro cuelgue de un hilo: no desesperéis, quien la sigue la consigue.
Y yo, personalmente, pienso conseguirla.


Blanca PeGarri

miércoles, 18 de mayo de 2011

Mi cielo y el de cada uno

Un lugar para sentirse bien. Un lugar donde uno no puede sentirse solo, traicionado, engañado, utilizado... un lugar donde no hay objetos que distraigan, paredes que oculten la luz del sol, filósofos que piensen, locos que griten, charlatanes que interrumpan, políticos que prometan, actores que finjan, marujas que critiquen, marujones que critiquen más aún, programas que mientan, noticias que entristecen, compañías telefónicas que timen, aviones que no despeguen, barcos que se hundan, fantasmas del pasado...

¿El cielo?
Sí, si así quieres llamar a estar contigo mismo. Te invito a hacerlo. Permítete el lujo descubrir cuál es tu cielo, qué te hace sentir tan bien, qué te hace eliminar toda esa larga lista de cosas odiosas. Cuando lo encuentres lo sabrás. Es un cosquilleo en el estómago, un escalofrío, es placentero, comparable con un orgasmo, te hace olvidar y sentirte a ti mismo, sólo a ti y nada más, nada puede interrumpir tu cielo, ni el más fuerte trueno, ni el más desgarrador grito de angustia. Nada.

El mío es la música. Cuando canto olvido, sólo canto. No escucho, no atiendo, no sirvo para nada más que para cantar. Y para sentir la melodía en mi pecho. Cuando leo partituras me desvanezco, coloco cada figura en mi cabeza. Cuando oigo la música me pierdo. Desmenuzo poco a poco cada instrumento, cada voz, intentando encontrar la melodía de cada uno, porque cada instrumento, cada voz, lucha no por sonar por encima del resto, sino por conseguir una fusión que deriva en algo espectacular e indescriptible: mi cielo.

Porque nadie es capaz de describir el suyo. Sólo por eso vale la pena que encuentres tu cielo y lo conserves como el tesoro más valioso.
Que lo disfrutes...



Blanca PeGarri