lunes, 18 de enero de 2021

En realidad estoy en paz y me permito tener días así. Y eso está de puta madre

Me siento por detrás de todos

en todos los sentidos.

Me siento encerrada y anclada

a una jaula sin barrotes con grilletes invisibles.

Quiero despegar

pero mis pies están llenos de pegamento,

quisiera llegar

pero camino y no avanzo.

Estoy exhausta,

no paro

y sigo en el mismo lugar

con la misma calderilla en los bolsillos

(incapaz de pagar un estudio de 30 metros cuadrados al que llaman piso con encanto

con la taza del váter junto a la cama de cuerpo y medio

y la cocina de cabecera),

con la misma soledad en el alma y en mis brazos.

Estoy cansada

de no parar

y seguir en el mismo jodido sitio,

de ansiedad, de lágrimas, de frustración, 

de sonreír cuando me dicen "ya te llegará"

con una palmadita en el hombro

sabiendo que no les importa porque no conocen el sentimiento de sentirse un fraude, un fracaso,

no me conocen,

y no llega

y mientras tanto los veo felices

con sus vidas plenas

con esa estabilidad que yo jamás había buscado.

Pero mira, he desarrollado una pasión especial por no morir de hambre

y por que alguien me haga un masaje en los pies de vez en cuando.


Blanca PeGarri

domingo, 10 de enero de 2021

Veintimuchos en 2021

El vacío. La frustración. La incomprensión. La duda que no deja de preguntar. La inseguridad. El resentimiento. Las ganas paralizadas. Las ideas marchitas. Las ideas marchitándose. La esperanza hecha humo. El llanto. La ansiedad. La desesperación. El encierro. El miedo. La angustia. La pasión dormida. El cansancio. La desmotivación. La rabia. El desánimo. La rendición llamando a la puerta. La resignación. La negación. La emigración. La búsqueda. La devastación. El desaliento. Las ilusiones apagadas. La soledad. Los sentimientos encontrados. Los gritos ahogados. Los bailes perdidos. El futuro. La oscuridad. Lo que pudo ser. La existencia. El hundimiento. El frío.

Los suspiros. 

La nada.


Blanca PeGarri

sábado, 2 de enero de 2021

Los abrazos robados

Nos los han quitado. Nos han robado los abrazos. 

Nos los arrebataron sin casi darnos cuenta

y nos damos cuenta de que estaban 

ahora que no nos dejan tenerlos.

Nos han vaciado los brazos

pero hemos llenado nuestros pechos

de ganas de amor,

de hermandad,

de esperanza,

de ganas de todo.

Ahora nos miramos más a los ojos

(¿alguna vez has abrazado a alguien con los ojos?)

y decimos tanto

y amamos tanto

y compartimos tanto con dos miradas que se cruzan.

Duele un poco.


Por la noche me gusta taparme con la manta hasta la barbilla

y cerrar los párpados muy fuerte 

para recrear todos los abrazos que he guardado en ellos.

A veces la garganta se queja

y se desanuda dejando al lagrimal hacer su poesía.

Y echamos de menos a los que ya no están,

a los que están, pero lejos,

a los que están cerca y no podemos apretar entre nuestros brazos.


Reprimo mis impulsos y me autoconvenzo de que ese es el mayor acto de amor

y me debo a la intensidad de mis miradas

a las que confío todas mis emociones para que las sepan repartir bien.

Hablo desde mi ventana

y cuento a quien quiera escucharme

que la vida

es maravillosa

hasta cuando parece un capítulo de una serie de ciencia ficción,

porque está llena de tanto...

Lanzo mis deseos al aire

y me olvido de viajes, trabajo y demás anhelos de suerte y me aferro a tan solo uno

tan fuerte como quien se agarra a un clavo ardiendo

o como una pulga a un perro vagabundo.

Quiero recuperar los momentos de abrazo

y yo, que creo que los deseos sólo se cumplen cuando hacemos algo por conseguirlos,

me vuelvo a volcar en mis miradas, de momento.


Blanca PeGarri

viernes, 1 de enero de 2021

Año nuevo

El tiempo sólo es tiempo.

Es una invención humana, un concepto abstracto, no es nada, aunque puedes hacer de él todo.

Cambiar de año no cambia las cosas.

Cambiar tú, sí.

El tiempo no es una excusa. No es una excusa para dejar de hacer algo, o para hacerlo (aunque mejor esto). No es una excusa para sentarnos y verlas venir. Sentarnos a esperar que las cosas vengas solas y nosotros las aplaudamos, y si no llegan, nos quejemos. Sentaditos porque "el tiempo todo lo cura". Lo que tú hagas, con paciencia y tesón cura. Lo que tú hagas, da fruto. Lo que tú hagas hace cosas. 

El tiempo no sirve como excusa.

El tiempo

sólo

es

tiempo.


Blanca PeGarri