miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Querer es poder?

Quiero que desaparezcas de mi vida.
Quiero que dejes de hablarme.
Quiero mirarte y no sentir nada.
Quiero odiarte.
Quiero que me caigas mal.
Quiero que no me importes.
Quiero dejar de preocuparme por ti.
Quiero parar de intentar ayudarte.
Quiero que dejemos de fingir que somos amigos.

Porque me duele que estés en mi vida de este modo.
Porque nuestras conversaciones se basan en una competición de celos y piques, a ver quién aguanta más.
Porque te miro y no te me borras.
Porque no me sirve de nada quererte.
Porque es odioso lo adorable que puedes llegar a ser cuando quieres.
Porque si me importas me jodes.
Porque nunca parece que me lo agradezcas.
Porque no te dejas ayudar, niegas que necesitas ayuda, aborreces ser mínimamente débil.
Porque te quiero. Porque me quieres. Porque donde hubo fuego cenizas quedan, y los amigos no tienen tanta mierda entre ellos, no se joden, no se pican, no se dan celos, no tienen altibajos, no tienen una relación bipolar, no juegan tan sucio, no fingen quererse a ratos cuando se quieren siempre en silencio, no callan.

¿Necesitas alguna explicación más? Creo que así queda bastante claro...
Ahora, sigue con tu vida, que yo sigo con la mía. Porque sé que esto es imposible, por mucho que queramos, sufrimos una incompatibilidad aguda. Mejor tú sigues con tus putitas, que yo seguiré con mis gigolós. La diferencia es que, al menos, ellos me hacen sentir como una reina, me cuidan y me hacen reír.

Te quiero...



Blanca PeGarri