Decir quién soy es complicado. Soy un poco rarita. Como dijo Wilde, definir es limitar.
Blanca PeGarri es la forma corta y cómoda de decir mi nombre, Blanca Pereda Garrido, que no me gusta omitir ninguno de mis apellidos. Y sí, me parece un nombre bastante guay.
Estudié Turismo, pero nunca fue suficiente. Me fui a vivir a Edimburgo para adentrarme en el mundo del marketing y la dirección de festivales y eventos. Allí también aprendí lo que era enamorarse de un lugar y quedarse en él, y me especialicé en turismo literario.
Me gusta decir que escribo desde antes de saber usar un lápiz (una mujer muy sabia me enseñó a ponerle palabras a lo que tenía dentro), y siempre he tenido una libreta detrás donde escribir mis cuentos, mis relatos y mis historias. También mis reflexiones, que tengo un mundo dentro de "ojo cuidao". La poesía empecé a escribirla cuando me rompí y vi que con ella me reconstruía.
De pequeña pedía para mi cumpleaños libros en vez de videojuegos. No todo el mundo entiende mi humor, ni a mí, y me encanta. Por las noches me desvelo pensando textos y tengo la necesidad imperiosa de escribirlos en el móvil en ese duermevela, aunque por las mañanas no siempre entiendo lo que he escrito porque soy miope como un topo y no siempre atino con las letras adecuadas. Como dato, me gusta probar comida y beber cerveza. Y sí, la música es medicina para el alma.
Estoy aquí porque me da miedo, y ni tan mal. Y es que me encanta la vida porque creo que va de sentir fuerte y de disfrutar mucho.
¿Un lema? Ya lo he dicho antes; definir es limitar. Wilde me lo prestó. Por eso me ha costado tanto escribir esto. Es más fácil que sepas cosas de mí tomándonos una cerveza que si te lo cuento yo.
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Blanca PeGarri
