lunes, 29 de diciembre de 2014

Luna

Esa noche había luna llena. No era tan blanca como de costumbre, sino que  una luz anaranjada la adornaba tornándola tenue, color melocotón, misteriosa, suave y bella.
Emma observaba con ojos brillosos las manchas grises de la luna, esos agujeros que una vez alguien hizo lanzando piedrecillas con un tirachinas.

Esa noche Emma durmió con las cortinas descorridas, bañando su habitación y su piel de luz de luna.

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Blanca PeGarri