lunes, 4 de marzo de 2013

Zumo de nubes

Las gotas se precipitan desde el cielo y golpean las aceras, los tejados, las farolas, los bancos, los árboles y los paraguas. Golpean al que corre a refugiarse y al que pasea disfrutando de ellas. Golpean a los enamorados que se besan sin importarles mojarse, creyéndose en el instante más romántico de sus vidas. Las gotas golpean a los gatos callejeros, moribundos y sucios que huyen odiándolas y a los periódicos del día anterior emborronando su tinta y deshaciendo sus hojas. Caen sobre la hierba alimentándola, caen sobre el asfalto volviéndolo aún más oscuro, caen sobre los hombros de quien quiso bailar bajo la lluvia con su paraguas cerrado, caen sobre las ventanas resbalando, formando caminos y carreras en sus cristales. Se mezclan con la saliva de los niños que miran hacia el cielo con la boca abierta esperando beber ese zumo de nubes, se mezclan con el agua de las fuentes formando ondas perfectas, se mezclan con el sudor de los deportistas que no dejan de correr, se mezclan con las lágrimas de un corazón solitario.


"Solamente es agua" dijo un día el necio.




Blanca PeGarri