Estoy tan quieta.
Tan quieta.
Tan quieta que parezco un recuerdo inmutable.
Estoy quieta
y todo lo que no soy yo es una carrera.
Que quiero hacer tantas cosas
que ya no sé por dónde empezar,
si por salir corriendo y gritar
y lanzar mis vísceras al océano
en forma de himno de liberación desafinado,
o por mirarme las manos
ensangrentadas
de cada error que he asesinado
con cuchillos de acero
antes de aprender que ocurrieron
para algo
y que sin ellos, no existiría
nada.
Estoy tan quieta.
Tan quieta.
Tan quieta que parezco un sólo fotograma de una película,
el que cuando se prende
lo convierte todo en incendio.
Blanca PeGarri
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