lunes, 26 de septiembre de 2016

Pájaros negros

A través de la ventana veía los pájaros volar. Volaban alto y se perdían entre las nubes espesas, grises, de vez en cuando blanquecinas. Aves negras, algo tétricas, graznando terriblemente, pero volando, alto, libres. 
Se preguntó cuándo sería libre. Libre de sus pensamientos envenenados, negros como las plumas de esos pájaros que siempre le habían resultado odiosos y que ahora tanto envidiaba. Libre de ese peso que llevaba consigo desde hacía ya tanto tiempo. 
Había luchado por esa libertad, oh, sí, pero no lo suficiente. En su fuero interno sabía que existía un minúsculo pero poderoso deseo de aferrarse a esa oscuridad. Pero esta vez se había plantado, con la firme decisión de vencer a esos fantasmas que atormentaban su alma consumiendo hasta la última gota de esperanza. 


¿Era feliz? Ni siquiera sabía ya responder a esa pregunta. Cualquiera diría que sí; su vida era exitosa, todo iba sobre ruedas, sonreía continuamente, bromeaba y hacía reír a los demás, su trabajo constante había hecho que llegase a donde quería, teniendo siempre en su corazón a los suyos. Básicamente sí, era una vida feliz, llena de mucho más de lo que nunca creyó que llegaría a conocer, con un futuro prometedor abierto a miles de nuevas experiencias enriquecedoras. Pero seguía sin saber si podía responder con un rotundo "sí" a la pregunta. 
Alguien que ha luchado por todo esto merece poder responder sin vacilar. Y eso se propuso. 

Miró por la ventana de nuevo, observó el vuelo de los pájaros, negros como el azabache, posándose en las finas chimeneas de los tejados y volando hasta desaparecer entre las nubes, tan oscuras como ellos. Dio un sorbo a su taza humeante de Earl Grey, con dos cucharaditas de azúcar y una nube de lechese levantó y tras dar un fuerte suspiro (más de autoconvencimiento que de otra cosa) abrió la ventana para respirar el mismo aire frío que los pájaros, aunque negros, respiraban libres con su vuelo.

Fue la primera sonrisa sincera que se dedicó a sí misma en mucho tiempo.


Blanca PeGarri

No hay comentarios:

Publicar un comentario