viernes, 6 de junio de 2014

La esencia.

Una montaña de libros descansaba sobre la mesa. Había de todos los tamaños y colores, unos grandes, otros no tanto, algunos realmente gruesos y otros finos y con pocas páginas. No dejaba de leer y leer, buscando como una posesa algo que le ofreciera un atisbo de inspiración.
Cuando alzó la vista pudo ver que no había tan solo una montaña de libros sobre la mesa. Casi sin darse cuenta, había vaciado las estanterías y los cajones y había llenado la sala de libros: estaban encima de la mesa, del sofá, sobre el alféizar de la ventana... algunos yacían en el suelo, abiertos por páginas al azar, esperando a ser recogidos y guardados cuidadosamente sobre su estante, somo de costumbre.

Un estudio pequeño en Candem Town no era suficiente para almacenar todo ese material. No cabía. Sentía que se ahogaba entre tanta página de papel. Siguió buscando, pero no encontraba una respuesta a su llamada. Necesitaba inspirarse y lo necesitaba ya, o perdería su trabajo.
De repente, una idea le sacudió el cerebro. ¿Por qué? ¿Por qué demonios tenía que escribir esas aburridas historias que alguien le obligaba a escribir y le dictaba cómo y cuándo hacerlo? Estaba perdiendo su esencia.
Esencia. Esa era la palabra. Desde niña había devorado libros y había escrito cuentos, más tarde relatos y por fin novelas. Había vendido unas cuantas, sin tanto éxito como hubiese querido, pero las amaba más que a nada. Más tarde, la que se vendió fue ella. Le prometieron el oro y el moro. Sí, ahora era una escritora de éxito. Sus novelas estaban en los escaparates de todas las librerías. Pero no era feliz. 
Su propósito siempre había sido ser feliz escribiendo y hacer feliz así a los demás, con lo que a ella más le gustaba, con lo que a ella le salía de dentro. Y ahora solamente escribía aquello que le daba dinero suficiente para comprarse vestidos caros. 
Pamplinas - se dijo.
Y sin pensarlo, cogió su ordenador y empezó por fin su nueva novela:
La esencia por E.W. Jones
Ese fue el primer día del resto de su vida.
De su vida feliz.


Cortometraje "Los fantásticos libros voladores". Excepcional, para los amantes de la lectura y la escritura.



Blanca PeGarri

2 comentarios:

  1. Ahh, ¡me gusta! Hace tiempo que dejé de publicar periódicamente relatos en mi blog porque no encuentro la manera de dar con Bloggers que tengan los mismo en mente que yo (crear historias). Tanta moda y tan poca literatura... Cuando pueda conectarme desde el pc te seguiré (no soy muy dada a la tecnología). Espero que tú no desistas y te des más a conocer que yo!
    Att: relatosenazul.blogspot.com

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    1. ahora intento publicar una vez por semana... ¡lo intento! Aunque depende del día toca un relato, alguna idea... lo que me venga a la cabeza en ese momento.

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