miércoles, 4 de abril de 2012

pequeña descripción, unas horas antes

Unas horas antes de irse de ese piso de mala muerte. Sólo se va por dos semanas, luego volverá, pero es suficiente con tal de perderlo de vista un tiempo.
La situación es la siguiente: ventana cerrada, escritorio lleno de papeles y una bolsa, silla con ropa colgada, colchón en el suelo con más ropa amontonada, un bolso y unos cojines, maleta en el suelo, abierta y para hacer, mesita de noche con cremas, una bolsa de palomitas, llaves, horquillas, plato con servilleta, cuatro onzas de chocolate, llaves, anillo, botella de agua y 10 euros, calcetines sucios y zapatillas de ir por casa en el suelo, cama deshecha, un periódico por encima y con ella dentro, que tiene el ordenador sobre sus piernas y el móvil al lado.

Cree que tiene que recoger todo ese desorden. Se va dentro de 3 horas y media y ahí está, tan tranquila. Pero hay algo que puede con ella, más fuerte que la voluntad de irse: tal vez sea el sueño, el cansancio, o simplemente que echa de menos a alguien.
"Al fin y al cabo, esté aquí o allí, seguiré echando de menos", se dice. Tiene razón.
Manos a la obra.









Blanca PeGarri

No hay comentarios:

Publicar un comentario