martes, 1 de diciembre de 2020

Diciembre

Hoy ya es diciembre y a mí me parece que el tiempo se me ha resbalado de las manos y aún tengo mi habitación llena de trastos de por miedo. Todavía no he recogido, ni he terminado de limpiar los rincones, porque me dejé la escoba apoyada en la pared para acurrucarme en la cama cerrando bien fuerte los ojos. Ni siquiera me tumbo, sólo me quedo ahí, apretando mi pecho contra las rodillas y los ojos contra la realidad.

Hoy ya es diciembre y me queda tanto por hacer, como si los días, las semanas y los meses se me hubiesen escapado de entre los dedos y yo me hubiese quedado quieta sin hacer nada por evitarlo.

Fuera cae la noche, pero no hace frío. Parece que el invierno se está esperando a que salga yo para llegar y llenarme de nieve y hielo las pestañas. O tal vez para darle una última oportunidad a este año que he agotado sin darme cuenta.

Echo la vista atrás y hacia dentro y veo evolución. No he estado quieta, pienso. Pero la sensación es esa. 


Hoy ya es diciembre y todavía faltan rincones por barrer.


Blanca PeGarri

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