martes, 3 de diciembre de 2013

Lo que los ojos susurran

- Dime qué piensas - pidió ella, casi suplicando -. No me mires así, dime qué sientes.

Él la miraba. Se había quedado sin palabras y no sabía si se atrevía a revelar su secreto. Tal vez, todo se echaría a perder y no se sentía preparado para un golpe así. Se incorporó primero y luego se levantó, acercándose poco a poco a ella, que permanecía inmóvil enfrente suyo, mirándole de hito en hito y esperando una respuesta sincera. Se detuvo a pocos centímetros de donde ella se encontraba y le devolvió la mirada. Algo le embargó. Eran los ojos más misteriosos que jamás había visto y aún así, le atraían como a un mosquito la luz. Eran preciosos. Su mirada dura y tierna a la vez, como dulce ponzoña, llena de sinceridad, le habló por fin. Entendió lo que esos ojos le estaban diciendo, lo que le habían estado diciendo todo este tiempo.

- Por una vez, sincérate. Ábrete. No permitas que tenga que adivinarlo yo todo. Estoy agotada...

Llevó el dorso de su mano a la mejilla húmeda de ella, la acarició sutilmente y, acercándose a su oído, susurró:

- No puedo hacerte esto...

Ella asintió torciendo levemente sus labios hacia arriba y, tras darle un beso dulce en la cara, se sonrieron. Aunque ambos lloraban por dentro.


"El conocimiento sería fatal. Es la incertidumbre la que le encanta a uno.
La bruma hace las cosas maravillosas."
 






Blanca PeGarri

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