Pero a veces los días de tormenta son bonitos: te puedes quedar en el sofá de casa, viendo una película mientras te tapas con una manta y merendar chocolate caliente con alguien a quien quieras, un amigo, un hermano, alguien especial... puedes relajarte escuchando cómo cae el agua, puedes mirar por la ventana cómo las gotas resbalan lentamente por el cristal y cómo chocan contra las aceras, a veces incluso te puedes divertir si ves a alguien a quien se le gira el paraguas a modo de antena parabólica. También puedes salir a caminar bajo la lluvia, sin chubasquero, paraguas ni nada que te resguarde y dejar que te empape.
Después de la tormenta siempre llega la calma. Es entonces cuando buscar caracoles en el campo se convierte en un juego, y ese olor a tierra mojada...
Si no lloviera no existiría el romanticismo de los besos bajo la lluvia.
You can't make a rainbow without a little rain.
Blanca PeGarri
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