Y las libélulas y mariposas revoloteaban alrededor de su cuerpo casi desnudo, tumbado sobre la hierba, blanco como el marfil. Era tan nívea, tan bella... el sol se reflejaba en su delicadeza, mientras ella pensaba, soñaba... y dejaba que los mil pájaros de su cabeza la llevaran con ellos a donde sólo los pájaros de las mentes de los locos saben llegar.
Blanca PeGarri
Hola!!
ResponderEliminarPasado el verano con su descanso y la vuelta con su intento de ponerme al día hago repaso y busco un rato para curiosear y devolver visitas.
He echado un vistazo al algunas de tus entradas y me gusta lo que he visto. El post de hoy me ha encantado ¡tan necesario soñar!
Volveré para ir conociéndote mejor.
Besos
Hola Jara, ¡gracias por pasarte! Me alegra que te guste, yo también intento pasarme cuando tengo un rato por los blogs que sigo (como el tuyo) y también por otros que no conocía... siempre se encuentra algo guay.
ResponderEliminarUn beso, ¡nos leemos!