Esto no es una historia de amor
Sentí el susurro de sus labios en mi oído, como pude sentir su aliento caliente, que provocó que todos los vellos de mi cuerpo se erizaran. - Permite que te diga que estas preciosa esta tarde - me había dicho, con esa voz susurrada pero grave, intensa. Di un respingo al escucharlo. No lo esperaba tan pronto. Se quedó detrás de mí, su cara aún pegada a mi oreja, respirando el perfume del agua de colonia que me había puesto antes de salir de casa. Me di la vuelta para encontrar su rostro a apenas cinco centímetros del mío, con esos ojos mirándome intensamente, como si en cualquier momento pudiera esfumarme. Puede que tan solo pasaran segundos, quién sabe. Lo único que puedo decir es que fueron unos segundos largos e incómodos. Me aparté nerviosa y emprendí el camino con la cabeza gacha, a sabiendas de que él me pisaba los talones. Caminamos así durante minutos, hasta que un semáforo en rojo me hizo parar, provocando que él se colocase a mi lado. Buscó mi mirada. Yo la evité. Sab...