Reconstrucción

¡¡Hola!! Hoy cambio totalmente de tema, esta publicación no tiene nada que ver con mis historias, reflexiones, etc. Esto se debe a que me han nominado a los Liebster  Awards.  Este premio no es de ese tipo de premios que te dan una medalla o un diploma y con el que te haces famoso. Simplemente es una especie de cadena entre blogs pequeños (como éste) para poder darnos a conocer los unos a los otros. O sea, que el premio en sí es la nominación y la publicidad que puedan hacer de ti otros blogs, y la que tú hagas de ellos. Aquí dejo el link con la explicación de estos premios, las instrucciones y todos los detalles: http://liebsterawards.blogspot.com.es/reglas.html   Básicamente consiste en lo siguiente: alguien te nomina, responderás a las preguntas que te ha hecho en una publicación, sigues a la persona que te nominó y a su vez, nominas a un máximo de 20 blogs, los cuales te tienen que seguir (y también seguir (o al menos visitar) a los blogs que han sido nomina...

Hay días en los que siento que necesito  una idea. Necesito que la inspiración venga a mí, necesito que mi creatividad salga por los poros de mi piel, pero no hay manera. Hay días que sin saber por qué, te bloqueas. Y piensas, le das vueltas, pasas de la silla al sofá, del sofá a la cama, de la cama otra vez al sofá y después al suelo. Y nada. No hay nada que escribir, nada que compartir con el mundo, no hay nada que crear. La mente a veces se empeña en ser obtusa, incluso la de los grandes genios.  Después de muchos años y mucha experiencia, he llegado a una conclusión: amigo creativo, estrujarse el cerebro no te va a servir de nada. Ni a ti, ni a mi, ni a nadie. Tenemos el don de ser imaginativos/creativos/como-quieras-llamarlo por naturaleza. Se nace con ello y por mucho que nos esforcemos no va a salir así sin más.  Para tener ideas hay que estar relajado, ocupado, despreocupado. No hay que estar obsesionado por encontrar una, porque la obsesión puede ser tal, qu...

Una montaña de libros descansaba sobre la mesa. Había de todos los tamaños y colores, unos grandes, otros no tanto, algunos realmente gruesos y otros finos y con pocas páginas. No dejaba de leer y leer, buscando como una posesa algo que le ofreciera un atisbo de inspiración. Cuando alzó la vista pudo ver que no había tan solo una montaña de libros sobre la mesa. Casi sin darse cuenta, había vaciado las estanterías y los cajones y había llenado la sala de libros: estaban encima de la mesa, del sofá, sobre el alféizar de la ventana... algunos yacían en el suelo, abiertos por páginas al azar, esperando a ser recogidos y guardados cuidadosamente sobre su estante, somo de costumbre. Un estudio pequeño en Candem Town no era suficiente para almacenar todo ese material. No cabía. Sentía que se ahogaba entre tanta página de papel. Siguió buscando, pero no encontraba una respuesta a su llamada. Necesitaba inspirarse y lo necesitaba ya, o perdería su trabajo. De repente, una idea le sacu...